Pérdidas

“Hermanos, no queremos que ignoren lo que va a pasar con los que ya han muerto, para que no se entristezcan como esos otros que no tienen esperanza”

1 Tesalonicense 4:13.

Las pérdidas son reales…y realmente dolorosas. Y no todas las pérdidas son conectadas con la muerte de algún ser querido. Pérdidas de cualquier naturaleza trae tristeza de lo que alguna vez fue, lo que ha dejado de ser y de lo que nunca más será. Pero a veces la pérdida más dolorosa para el creyente “es lo que se nos escapó”…ya sea una oportunidad, un sueño, un destino profético o una promesa profética.
Si, las pérdidas son reales. Y la declaración que el Señor hace en 1 Tesalonicense 4:13 es para nosotros. Es para consolarnos y darnos esperanza gloriosa, que se aplica a toda pérdida. Esperanza es definida como “la confianza de una expectativa favorable”. “Lo que se nos escapó” nunca es más grande de nuestro Fiel Dios.
Podemos tomar como ejemplo a José, él definitivamente sufrió pérdidas. Los celos de sus hermanos, resultaron a que José fuera llevado a tierras lejanas y ser vendido a la casa de Potifar. Luego José tuvo que lidiar con las seducciones de la esposa de Potifar y su integridad cause que casi pierda su vida y posición de privilegio, pero a José más le importó la integridad de su corazón. Quizás uno de los eventos que puso sus expectativas en duda fue cuando José le interpretó un sueño al copero y al panadero. Después de un tiempo el sueño se cumplió, y el copero fue restaurado a su posición pero vemos en Génesis 40:23 que el copero se olvidó de José. Pero aunque el copero se olvidó y José tuvo que pasar dos años más en la cárcel, eso no quería decir que su destino profético había cambiado.
Aunque esta demora injusta de 2 años aparentaba una demora en el destino profético, no es así, porque mas bien el tiempo se estaba acercando y la promesa estaba a punto de manifestarse en una plataforma internacional que ni el mismo José, se podía imaginar. Es importante saber que las pérdidas no erosionan la promesa. Mas bien, en el tiempo perfecto y la ocasión perfecta el Señor llevó a José a su destino divino. Quizás tú has experimentado pérdidas bastante dolorosas, pero eso no es razón a que dejes de tener una confiada expectativa. ¡Toma lo que tu Dios fiel te ha dado!
Con regocijo,
Rev. Peggy I. Kennedy
peggy3

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